46. Llevar una pistola a una pelea con cuchillos.

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Funcionó bastante bien como una forma de llevarlos a todos allí, pensó Lexa, aunque desafortunadamente con dos adiciones. No quería particularmente que Jaha siguiera a su hijo, o que Finn siguiera a Raven, pero esa era la situación y tendría que trabajar con ello.



-¿Cuál es el problema, Heda?-, dijo Indra, sospechando.



-Gustus envió un mensaje-, dijo Lexa sin rodeos. -Los Azgeda están trabajando con los Maunon.



Anya parpadeó, sorprendida. -Eso no es posible-, dijo ella, aparentemente demasiado sorprendida para considerar sus palabras. Entonces se sonrojó. -Moba, Heda. Sé que no ...



-Lexa sabe que no fue un insulto-, dijo Raven con impaciencia. Luego se sonrojó justo como lo hizo Anya hacía tan solo un segundo. -Quiero decir, la Comandante lo sabe...



-Está bien-, dijo Lexa, agitando la mano. -Llámame como quieras-. Este no es momento de formalidades.



-Oh, no quieres darle ese tipo de elección-, dijo Wells, esbozando una sonrisa irónica a pesar del nerviosismo evidente en su expresión. -No es Buena idea.



Anya logró darle una sonrisa a cambio, y luego miró a Lexa. -El Azgeda no funcionaría con el Maunon. No pueden. Va en contra de todas las creencias que poseen, ¿ayudar a los hombres de la montaña? Es una locura.



Lexa se encogió de hombros. -Soy consciente-, dijo, un poco fría. Por dentro se estaba maldiciendo a sí misma ya que había pensado lo mismo. Había sido complaciente. Y así los había arriesgado a todos. -Pero ese es el mensaje que envió Gustus. Yo confío en él.



Indra gruñió. -Natrona asquerosa-, escupió. -Deberíamos matarlos a todos.



-Bueno, no podemos-, dijo Clarke.



-Sí, podemos-, respondió Indra. -Tenemos suficiente gente.



-No les deseo la muerte-, dijo Lexa rotundamente. -Tienen información que necesitamos, sobre Nia, sobre la montaña.



-Tendremos que sorprenderlos, incapacitar a tantos como sea posible y eliminar a los que no podamos-, dijo Clarke. -Puede que tengan una radio, pero no sabemos quién la tiene, por lo que también tendremos que sacarla bastante rápido.



Raven maldijo de repente. -Mierda. ¡Mierda! Me di cuenta de que la radio se estaba volviendo estáticamente extraña en una frecuencia, pero pensé que era solo uno de los fallos de funcionamiento de la radio del Arca. Todo esto es mi culpa.



-No seas una branwada, por supuesto que no-, dijo Anya.



-No me llames idiota-, susurró Raven.



-¡Entonces no seas una!-, Respondió Anya. -Has estado construyendo inventos imposibles, granadas y explosivos y algo llamado EMP, mientras pasas horas con la radio, además de quitarle a cada estación las cosas que crees que tu gente podría necesitar. Nadie ha dormido menos que tú en las últimas semanas. Ninguno de nosotros espera que encuentres algo que no se pueda detectar además de todas estas tareas.



Lexa se sintió culpable por un segundo, no se había dado cuenta de lo mucho que Raven había estado trabajando. Ahora recordó la rápida y casi desesperada intoxicación de Raven con la luz de la luna y lo tarde que Raven se durmió en la tienda la noche anterior. Mirándola ahora, podía ver que Raven estaba cansada, tenía sombras oscuras debajo de sus ojo, igual que ella misma. Aunque las suyas al menos estaban ocultas por la pintura de guerra.



La noche en que todos bebieron juntos, Wells le habló de un comandante que vestía de rojo, para que nadie pudiera verlo sangrar. Quizás la Heda original comenzó a usar pintura de guerra como esta para que nadie pudiera ver que estaba exhausta.

Lightning Only Strikes Once (Traducida Con Permiso De La Autora) - CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora