66. Ansiedad por separación.

3.4K 287 34
                                    

-Desearía que no fueras a Polis-, le susurró Clarke a Lexa, como si fuera un secreto.

Estaban acostadas la una contra la otra, el frente de Lexa presionado cómodamente contra la espalda de Clarke, ambas despiertas y temiendo la mañana. -Sabes que debo hacerlo, ai niron-, dijo Lexa suavemente al oído de Clarke, aunque lo pensaba y repensaba nuevamente en su cabeza para ver si podía encontrar una buena razón para ir con Clarke a Arkadia. No encontraba ninguna. Debía ir a Polis a hablar con los embajadores, discutir cómo tratar con Nia, informarles sobre la nueva posición de Clarke y llevarles las noticias de la Montaña. No podía posponer eso por Skaikru: todo lo que había hecho esos ultimos tiempos había sido sobre Skaikru, de una forma u otra. Le debía atención a los otros clanes.

Amaba a Clarke, por supuesto que sí. La necesitaba. Pero no podía depender tanto de ella como para que siempre debiesen estar una al lado de la otra. También debían ser fuertes separadas. Le dolía el corazón pensar en dormir en su cama grande y vacía en Polis, sin Clarke, y no deseaba dejar de ser honesta con el mundo sobre lo que eran la una para la otra, así que habrían de sobrellevarlo. Existían muchas razones para que su relación no fuera bien, pero juntas podrían con todo. Lexa tenía personas que le importaban en Polis a las que debía cuidar, al igual que Clarke debía dedicar tiempo a su madre, a Wells, a Kane, incluso a Raven, a todo Skaikru.

Los Natblidas echarían de menos a Lexa, ella los echaba de menos, echaba de menos sus ansiosas voces jóvenes, su optimismo y su feroz determinación. Para ellos, ella era una combinación de héroe y nomón, y requerían su enseñanza, especialmente con Titus y Gustus ausentes.

Quizás debería enseñarles a jugar al ajedrez. Creía que les gustaría el ajedrez. Y si Wells se unía a ellos, podrían jugar contra él.

-Anya va contigo, ¿verdad?- Clarke dijo en voz baja. -¿O Indra finalmente perdió esa discusión?

-Decidimos que Indra debería permanecer en TonDC por el momento-, dijo Lexa, divertida ante la idea de que Indra perdiese una discusión con alguien, incluso con Anya. -Anya vendrá a asumir algunos de los deberes de Titus y Gustus en Polis. Su unidad reemplazará a los guardabosques de Tristán como protectores de Polis por un tiempo. Podríamos necesitar algo de estabilidad, por breve que sea, antes de que debamos lidiar con los Azgeda.

-¿Pero nos ocuparemos de ellos tan pronto?- Clarke preguntó con curiosidad. -Con el invierno tan cerca ...

-Eso es cierto-, admitió Lexa. -Solo un tonto atacaría a los Azgeda durante el invierno, y no sé a dónde podría haberse retirado Nia ahora, por lo que no podría dirigirlos. Pero un pequeño grupo, con algunos Azgeda y Zion para guiarlos, podría hacer algo, podría localizarla sin ser notada y hacerla huir. Tendremos que ver. Antes que nada, la frontera tendrá que estar cerrada a Azgeda, y Polis debería estar protegida. Creo que la única posibilidad de que Nia pueda tener una oportunidad de ganar esto sería atacando a Polis.

-Atacar a Polis sería un suicidio-, se burló Clarke.

-Sha-, dijo Lexa y presionó un ligero beso en el hombro de Clarke. -Pero puede ser su única opción. Ninguno de los otros clanes la ayudará, después de que ella se alió con el Maunon. Incluso su propia gente podría volverse en su contra a menos que haga una demostración de fuerza suficiente para creer que tienen una oportunidad -. Tragó fuerte. -Me temo que una de esas muestras de fuerza pueda ser la cabeza de Gustus. Si no saben que ella simplemente lo capturó porque ya lo estaba visitando, torturar y matar al guardaespaldas de confianza de la Comandante demostraría su poder -. Y ella había enviado a Gustus allí. Ella podría haber causado su muerte de nuevo.

-Deben saber que estaba de visita-, dijo Clarke con firmeza, como si pareciera segura de que ella pudiese hacerlo. -Recorrimos la mayor parte de la mitad sur del territorio de Azgeda, lo mencionamos muchas veces, y la mensajera que enviamos debe haberse detenido en muchos lugares camino a su palacio principal-. Hizo una pausa, frunciendo el ceño. -¿No estás preocupada por Titus?

Lexa negó con la cabeza. -Él es el Fleimkepa-, dijo Lexa. -Si Nia lograra matarme y obtener el espíritu del Comandante, Titus sería necesario para darle a Ontari la Llama. Es mucho más útil vivo que muerto, aunque no descarto la posibilidad de que lo torturen.

-¿La ayudaría?- Clarke sonó horrorizada.

-Si él pensara que es la única forma de que la Llama continuara, tal vez-, dijo Lexa, incierta. -Yo no sé. De todos modos, es necesario que cualquiera piense que Ontari tiene la Llama. La gente sabe que el espíritu del Comandante no puede transferirse sin un Fleimkepa. Si Nia tuviera mi cuerpo y al Fleimkepa, podría reclamar lo que quisiera.

Clarke suspiró y giró en el círculo de los brazos de Lexa para quedar frente a ella. -Entonces desearía ir contigo, ai hodnes-, dijo con nostalgia.

-Estarás allí en un par de semanas-, prometió Lexa, su corazón dio la vuelta que siempre hacía cuando Clarke usaba un término cariñoso en Trigedasleng.

-Sí-, dijo Clarke, y la besó suavemente. -Esperemos que Wells y Raven también vengan conmigo. Octavia irá a TonDC con Indra y Lincoln, pero creo que hay muchas posibilidades de que Wells venga con nosotras, y Raven vendrá porque Finn quiere espacio por un tiempo y se quedará en Arkadia -. Frunció el ceño de nuevo. -Aunque eso también podría depender de si Raven también está tratando de evitar a Anya.

-Sin duda-, dijo Lexa secamente. Se aclaró la garganta un poco incómoda. -Le dije a Indra que necesitarás al menos doscientos gonas para escoltarte a Arkadia. Pensé que podrían proteger Arkadia y brindarte apoyo mientras arreglas las cosas allí, y también ayudar a transportar el Maunon que llevas allí. ¿De verdad crees que Skaikru aceptará a los sobrevivientes?

-Lo harán-, dijo Clarke. La determinación en su voz le dijo a Lexa que si no lo hacían, Clarke los obligaría a hacerlo. -Los adultos de Maunon salvaron a una docena de niños, y no creo que nadie vaya a dañar a los niños de Maunon. Los Mountain Men tienen valores similares a Skaikru, una forma similar de hablar, costumbres similares, incluso herramientas y armas similares, eso debería ayudar mucho. No sé si lo has notado, pero mi gente tiende a ser un poco xenófoba: de mente estrecha, temerosa de alguien diferente a ellos -, aclaró, con voz irónica.

-No me había dado cuenta-, dijo Lexa en broma, pantomimando sorpresa. -¿Skaikru? ¿De mente estrecha?

Clarke se rio y la besó de nuevo, acercándola aún más. -Bueno, prometo que yo no soy de mente estrecha-, dijo con picardía. El tono de su voz le decía a Lexa que eso es una especie de doble sentido.

-¿Es así, Clarke?- Lexa preguntó, sonriendo. -No deseo cuestionar tu honestidad, pero afirmaciones como esta requieren pruebas.

Clarke agarró sus muñecas con firmeza y rodó para estar a horcajadas sobre Lexa, volteando la manta hacia un lado. Lexa se tomó un momento para agradecer que Raven estuviese en otra tienda. Clarke besó a Lexa larga y profundamente, su peso inmovilizaba a Lexa.

Cuando terminó el beso, Lexa estaba jadeando. -Podría tirarte al suelo en cualquier momento-, comentó, con el rostro enrojecido. -Si quisiera-. Sin embargo, esperaba que Clarke no tomase eso como una solicitud para alejarse de ella. La sensación de sus dedos delgados entre sus muñecas y el peso cálido e insistente de Clarke sobre ella la estaba mareando de deseo.

-Si quisieras -, dijo Clarke malvadamente, y la besó con pasión de nuevo, apretando sus muñecas mientras presionaba contra ella.

La mañana llegó más rápido de lo que debería. Lexa se paró junto a Anya, su rostro era una máscara de calma mientras observaba a Clarke y a su gente partir. Solo Clarke montaba a caballo, ya con más seguridad que hacía un par de semanas. Los Skaikru que estaban heridos o que habían donado médula ósea viajaban lentamente en los tres vehículos Maunon que sacaron de la Montaña, aunque Clarke le había dicho que a menos que Raven y los demás mecánicos fuesen capaces de hacer milagros, se quedarían sin la sustancia utilizada para ponerlos en marcha, en solo unas pocas semanas, ya que el resto había sido destruido en la Montaña con los otros pocos vehículos en funcionamiento. Debían usarlos para ayudar a construir su nuevo hogar y luego despojarlos de sus partes. Los Maunon restantes estaban rodeados por el gonakru que Lexa había enviado con ellos, y caminaban lentamente, con el gona bloqueándolos.

-Es extraño verlos irse-, dijo Linkon en voz baja a Octavia, sus ojos buscando en su rostro cualquier signo de infelicidad. No encontró ninguno.

-Sí, lo es-, aceptó ella rápidamente. -Entonces, ¿por qué estamos mirando? ¿Quieres ir a entrenar? Estar de pie aquí es aburrido. Sus heridas aún crudas se estiraban de una manera dolorosa cuando sonreía a Linkon, con los ojos brillantes.

Indra cerró los ojos en una búsqueda inútil de paciencia, luego se rindió y golpeó ligeramente la parte posterior de la cabeza de Octavia, lo que llevó a Octavia a mirarla herida y a Linkon para ocultar una sonrisa. Cuando Octavia lo miró y lo vio, también golpeó rápidamente la parte posterior de su cabeza. -No hables así delante de Heda-, dijo Indra severamente.

Lexa los miraba con la boca haciendo una mueca mientras contenía su sonrisa. Octavia parece mucho más ligera y fácil de llevar que en el mundo original. Quizás llevaba menos cargas que antes, a pesar de las cicatrices rojas y los moretones todavía negros en la cara y la mano vendada. -Si todos los Skaikru Sekens fueran tan entusiastas, el gona que ha quedado en Polis debe estar agotado-, comentó Lexa.

-Sin duda-, dicjo Indra secamente. -¿Puedo recordarte que hacer de Octavia kom Skaikru y Trikru mi Seken fue tu idea?

-Indra, ¿estás reprendiendo a tu Heda?- Lexa dijo, alzando una ceja hacia ella.

-Por supuesto que no, Heda-, dijo Indra, inclinándose con deferencia. Sin embargo, su diversión se mostraba en sus ojos, a pesar de su ceño fruncido. -Simplemente estoy afirmando un hecho.

-Puedo escucharos, estoy aquí-, se quejó Octavia, luego se apagó bajo la mirada de Indra.

-Debo irme-, dijo Lexa. -Extiende mis órdenes a todos los Trikru en el área, Indra. Ningún Skaikru debe ser dañado. La frontera debe estar vigilada, asegúrate de que no pase Azgeda gona.

-Sha, Heda-, dijo Indra.

Lexa montó su caballo. Escuchaba a Anya comenzar a ladrar órdenes a su unidad, organizándola. Los gona que iban a ir con ellos a Polis comenzaron a prepararse para irse, enderezándose y equipándose mientras Anya los miraba.

Lexa miraba a Octavia, Indra y Linkon. -No tengo dudas de que nos veremos pronto-, les dijo en voz baja. -Si debemos declarar la guerra a Azgeda, sospecho que serás una parte importante en el tema.

Los labios de Indra formaban una delgada línea. -Recuerdo que me dijiste que se acercaba la guerra con Azgeda-, dijo en voz baja. -Estaremos listos, Heda. No te fallaremos.

-Nunca lo haces, Indra-, respondió Lexa suavemente. -Que nos volvamos a encontrar.

Octavia levantó la vista, brevemente sorprendida. Luego tragó saliva y dijo con voz un poco ahogada: -Que nos volvamos a encontrar-. Dudó cuando Lexa comenzó a virar su caballo, luego dijo: -Comandante, espere ...

-No molestes a la Comandante,- siseó Indra, luciendo molesta, pero Lexa torció la cabeza para mirar a Octavia de todos modos.

Octavia dio un paso adelante. -Solo ... mantente a salvo, ¿de acuerdo? Y gracias por todo.

Lexa no sabía exactamente a qué se refiere Octavia, y no deseaba preguntar. Era suficiente saber que de alguna manera se había ganado la aprobación de esta chica impetuosa y feroz, se había ganado el respeto de uno de los amigos de Clarke. Asintió con la cabeza y empujó a su caballo para que se moviese. Éste sacudió la cabeza, resoplando y brincando, lleno de brío, y Anya dio la orden de salir.

Y entonces, se pusieron en camino.

Lightning Only Strikes Once (Traducida Con Permiso De La Autora) - CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora