75. Guerra pasivo-agresiva.

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-¿Entonces destruiste a los Jeeps?- Clarke abrió mucho los ojos, visiblemente impresionada.

-Ajá-, le dijo con orgullo.

-Eres tan inteligente-, ella respiraba maravillada, y él se inflaba un poco, llenándose de importancia. Qué idiota, pensaba Clarke.

El joven que estaba con ella había sido uno de sus viejos guardias cuando estaba en la Prison Station, y también uno de los que había noqueado el otro día. Era relativamente joven (unos veinte años tendría), y se sonrojaba cuando ella le sonreía y le había resultado fácil perdonar a Clarke después de una efusiva disculpa y un coqueteo descarado. Como resultado, se había convertido en su fuente de información más útil sobre la aldea en la que se encontraban. Ella sabía ya exactamente a qué distancia estaban de la frontera con los Trikru (demasiado lejos), exactamente cuándo se esperaba que Nia llegase allí (demasiado pronto), exactamente cuánto progreso estaban haciendo en el misil (muy poco) y exactamente qué había sucedido el día en que había sido tomada.

La última información era más para su tranquilidad que cualquier otra cosa: de lo que había sacado de él, estaba bastante segura de que la mayor parte de Arkadia estaba viva y sana, y que habrían logrado averiguar exactamente qué había sucedido para decirle a Lexa. Las granadas de gas que habrían quedado allí los habrían aludido a la participación de la Reina de Hielo, y el guardia muerto que había dejado (a quien casi nadie parece estar echando de menos, lo que sugería que no trataba a sus compañeros de trabajo mucho mejor que a sus prisioneros) estaba con Diana. En resumen, que sabrían que las dos estaban trabajando juntas.

-Primero, tuvimos que dejar un poco de pelo donde te encontramos-, continuó el guardia. Él se encogió de hombros ante su expresión. -Sí, tampoco sé por qué. Las órdenes de Queen aparentemente. Solo un poco de cabello negro trenzado. Fue extraño, pero lo hicimos de todos modos.

Clarke inhaló bruscamente, pero logró contener su ira. No era difícil averiguar de quién había sido la trenza y por qué la Reina de Hielo la dejó allí. Se estaba burlando de Lexa. Esa era una información útil, porque le decía a Clarke que Nia al menos sospechaba que Clarke y Lexa estaban en una relación. Si estaba convencida de eso, a Clarke le resultaría mucho más difícil convencer a Nia de que Clarke traicionaría a Lexa. Más difícil, pero no imposible. Clarke tenía experiencia en la manipulación de las personas, y cualquier cosa que Nia pensase que sabía sobre Clarke, Clarke sabía más sobre Nia. La había conocido, después de todo, en el otro mundo, había conocido a Roan, Nia y Ontari, aunque solo fuera brevemente. Ella les tenía su medida. Lo que fuese que hubiesen escuchado, todavía no tenían la suya.

Pero no estaba segura de que la información que le brindaba ese conocimiento valiese la ira y el dolor que también le causaba, sabiendo que la puta Reina del Hielo dejó una de las trenzas de Costia para que Lexa descubriera que estaban haciendo una búsqueda del tesoro demente. Ella sabía cuánto amaba Lexa a Costia, cuánto la perseguía su recuerdo, cuánto esa devastadora pista podía destrozar a Lexa. Cómo la amenaza implícita hacia Clarke la devastaría aún más.

Ella no sería una cabeza en una caja, no podía serlo. Las metáforas que Monty usaba para hackear también se aplicaban a Lexa: era una roca con una sola falla. Clarke era de metal con un punto débil. Las pesadillas de Clarke eran la montaña y la muerte de Lexa. Las pesadillas de Lexa eran sobre Costia siendo torturada por Nia, a veces con Clarke reemplazando a Costia como víctima. Nia quería literalmente hacer realidad la peor pesadilla de Lexa, golpeando su línea de falla, su punto débil. Y a menos que Clarke pudiese encontrar una manera de manipularla para que creyese que Lexa no se preocupaba por ella, Nia podría hacerlo.

Ella podría enfrentar ser torturada hasta la muerte. Enfrentarlo con terror absoluto, claro. Pero aún así lo enfrentaría. Pero no podía enfrentarse a hacerle eso a Lexa.

Lightning Only Strikes Once (Traducida Con Permiso De La Autora) - CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora