120. Reglas de combate.

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Lexa se había detenido para hablar con Anya en el camino de regreso a la casa cuando se dio cuenta de que algo había sucedido. Skaikru estaba quieto en las calles mirándola. Los guardias Trikru estaban parados cerca del misil y permanecían en posición, pero su enfoque parecía haber cambiado. No eran las miradas de asombro que le habían dado antes, atónitos al descubrir que estaba viva, sino algo, más personal, de alguna manera. Algo que ellos sabían.

Anya también lo notó y se interrumpió a mitad de la oración para fruncir el ceño al Skaikru más cercano. -¿Bien? ¿Qué es lo que quieres, Skayon?- ella chasqueó.

La mujer Skaikru se ruborizó e hizo una especie de media reverencia. -Yo sólo... sólo quería felicitarla, Comandante-, tartamudeó. -Espero que sea muy feliz-. Luego hizo otra extraña reverencia y se escabulló.

Anya la observó, perpleja. -¿Eso fue... fue por matar al Azplana? No parecía...

Uno de los hombres del consejo, Fuji, se puso delante de Lexa. Le sonrió. -¡Felicitaciones, comandante! Espero que considere realizar la ceremonia aquí, pero tengo entendido que la capital podría ser más apropiada.

-Tienes más o menos la edad que yo tenía cuando me casé con mi Rosie-, le habló otro hombre cercano. Estaba anciano y encorvado, pero le dio a Lexa una sonrisa muy dulce. -El día más maravilloso de mi vida. Felicitaciones a usted, y por favor transmita mis felicitaciones a Clarke también.

-¿Heda?- Anya siseó. Parpadeó, luego su mirada se deslizó hacia el reloj del padre de Clarke y se quedó en blanco al darse cuenta. -Tú ... es eso ...

-Lo he estado usando durante meses-, señaló Lexa en voz baja, asintiendo con la cabeza al Skaikru cercano y comenzando a caminar hacia la casa.

-Sí, pero Clarke kom Skaikru también tiene uno, ¡uno que Raven hizo para ella! ¡Supuse que eran comunes entre los Skaikru! ¡No me di cuenta de que era una muestra! - Anya hizo una pausa para tomar un respiro, siguiendo su ritmo, y luego se dio cuenta de otra cosa. -Y tú ... tú le diste ... debe ser la funda. Por eso no la vi -. Ella frunció el ceño. -Pero te vi trenzar su cabello una vez, después de la caída de la Montaña. No trenzaste la funda en ella... ¿verdad?

-Ninguna de las dos quería usar los objetos el día de las ejecuciones-, respondió Lexa, aún en silencio. Ella inclinó la cabeza cuando un Skaikru cercano gritó una felicitación. -Aunque a decir verdad, no estoy segura de que Clarke se diera cuenta al principio de que eran objetos de unión. Me necesitaba para confirmar nuestra promesa ante la Montaña.

-Si no tienen tokens de vínculo en su cultura, ¿cómo pueden saberlo todos los Skaikru?- Anya preguntó, todavía luciendo sorprendida, aunque ahora estaba sonriendo. Luego llegaron a la casa y ambas dejaron de caminar inmediatamente. -No importa. Creo que ahora lo entiendo.

La voz de Abby sonaba perfectamente audible, atravesando las paredes de madera como si estuvieran hechas de tela como una tienda. -¡Eres demasiado joven! ¡No te daré permiso para esto!

-¡Tengo más de dieciocho años ahora, no necesito permiso!- Clarke gritó en respuesta.

-¡Entonces no te daré mi aprobación! ¡No asistiré! ¿De verdad te vas a casar sin mí allí?- Abby chillaba.

-¿Por qué no? ¡Ya me voy a casar sin papá! ¿Y de quién es la culpa?

Lexa hizo una mueca.

-Les deseo lo mejor en la vida juntas-, le dijo Anya a Lexa, sonriéndole. Con una sonrisa perversa. -Tú, tu houmon y el nomon de tu houmon.

-Clarke, estás actuando como una niña ¡El matrimonio no es algo para tomar a la ligera!

-¡Lo sé! ¡Deja de ser condescendiente conmigo!

Lightning Only Strikes Once (Traducida Con Permiso De La Autora) - CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora