118. Una oferta que puedes rechazar.

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Pasado el mediodía del día siguiente, Lexa se reunió con Clarke, Gustus, Zion y Anya alrededor de la mesa de madera tallada. Se debía en parte a que todos necesitaban descansar, en parte porque Lexa deseaba prolongar su tiempo enredada cómodamente con Clarke, y en parte porque Lexa no creía que Anya hubiese podido alejarse de Raven antes, incluso bajo amenaza.

Además de Clarke, quien permanecía sentada en la mesa descansando su tobillo, los Skaikru que habían viajado con ellos estaban en Arkadia, hablando con la gente y organizando cosas. Lexa había pedido que se fueran para esa reunión. La mayoría de los Skaikru no comprendían la Llama, y ​​mucho menos creían en ella, y la posición de Fleimkepa era un asunto sin importancia para ellos.

Era la primera vez que Anya y Gustus se veían desde que habían regresado. Gustus estaba fuera lidiando con los caballos y comprobando dos veces que Arkadia tuviera suficientes defensas cuando habían llegado a la casa, y Anya estaba instalada en la habitación de Raven cuando encontró el lugar. Su saludo fue el típico para ellos.

-Anya-, dijo Gustus, estirándose para estrechar su mano en señal de bienvenida. -No has cambiado en absoluto desde nuestro último encuentro-. Él le apretó la mano con fuerza y ​​ella le devolvió el agarre aún más ferozmente, mirándolo a los ojos con un brillo desafiante mientras intentaban superarse sutilmente el uno al otro. -Excepto quizás para crecer en la terquedad.

-Obstinación y fuerza, kriken lukot-, dijo Anya suavemente, aumentando la presión hasta que su mano se puso blanca y su brazo tembló por la tensión.

Después de un largo momento, Gustus se rio con los ojos y la soltó, palmeando ligeramente su hombro con la otra mano. -Todo menos sabiduría, entonces, Anya kom Trikru.

-¿De qué le sirve la sabiduría a un guerrero?- Anya bromeó, torciendo un lado de la boca muy levemente. Lexa creía que los Skaikru probablemente tendrían problemas para decir que Anya y Gustus habían sido buenos amigos durante muchos años, a pesar de sus palabras ligeras, porque la forma en que expresaban su afecto era muy ajena a las formas de Skaikru. Pero le calentaba el corazón pensar que dentro de un año, tal vez puedan entenderse mejor, al igual que en un año tal vez su gente hubiese comenzado a entender las palabras y formas de Skaikru.

Lexa se aclaró la garganta y ambos guardaron silencio al instante. -Creo que sería mejor nombrar a un Fleimkepa antes de regresar a Polis-, dijo sin rodeos, sin dedicar tiempo a charlas triviales. -Decidir uno allí hará que los embajadores piensen que deberían participar en la decisión. Para evitar tener esa discusión, prefiero volver con el asunto resuelto.

-¿Cuál es tu decisión, Heda?- Preguntó Gustus respetuosamente, pero ella vio un destello de preocupación en sus ojos. A su Gustus no le agradaría ser Fleimkepa, pensó.

-No puede ser un Skaikru-, dijo Lexa rotundamente. -Pueden leer, pero incluso si uno llega a creer en la Llama, he elevado a la Gente del Cielo demasiado lejos y demasiado rápido para darles más poder. Los otros clanes verían que los he hecho uno de nosotros, les he permitido alquilar nuestra tierra, les he dado de comer, les he dado casas a sus hijos en Polis, he nombrado a uno mi segundo al mando.

-Por supuesto que Fleimkepa no puede ser Skaikru,- concordó Anya, mirando a Lexa confundida. -El Fleimkepa es Trikru, siempre.

-El Fleimkepa era Trikru cuando todos éramos Trikru-, respondió Lexa. -Ahora somos trece clanes. La mayoría de los Natblida son del territorio Trikru, la capital está en territorio Trikru, un nativo Trikru gobierna la alianza. No podemos actuar como si Trikru fuera el clan gobernante, como si los demás fueran menores. Es hora de difundir el poder a otros.

-Pero estos son nuestros caminos-, objetó Anya. -Los caminos de nuestra gente. No puedes regalarlos.

-No los está regalando-, dijo Clarke con firmeza. -Todos los clanes trabajan para mantener vivas las partes importantes de su cultura. Pero al crear la alianza, has creado un sistema de gobierno que está gobernado por alguien elegido por la religión Trikru, y los otros clanes se han convertido en parte de esa religión. Su creencia en su líder es en parte creencia en la Llama. No puedes actuar como si esa creencia fuera menos importante cuando afecta sus vidas tanto como las de los Trikru.

Lightning Only Strikes Once (Traducida Con Permiso De La Autora) - CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora